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Lucía Freitas: “La gastronomía es un iceberg donde los chefs son la punta, pero las mujeres son la base y quienes la sostienen de verdad”
La cocinera gallega reclama la visibilización de las productoras y del valor de su trabajo. “Si encima que su día a día es duro, siguen opacadas, será difícil que haya relevo”
Lucía Freitas (A Tafona*, Santiago de Compostela) compagina el trabajo como cocinera y empresaria en sus restaurantes, con el activismo y la tarea de divulgación del trabajo de las mujeres productoras en Galicia a través de la asociación Amas da Terra. Su ponencia en la segunda jornada de FéminAs, Congreso Internacional de Gastronomía, Mujeres y Reto Demográfico, ha querido reivindicar también los guisos sencillos, los sabores de la memoria, “toda esa cocina acogedora que te dice que estás en casa”.
“La gastronomía es un iceberg donde los chefs son la punta, pero las mujeres son la base y quienes la sostienen de verdad”, dijo Freitas, quien explicó que creó Amas da Terra como una forma de devolver a las productoras todo lo que hacen por ella y por otros cocineros. “Trabajo mucho con productores, pero sobre todo con productoras. Siento que tengo que expresar compromiso y gratitud con quien sostiene mi trabajo, por eso creé la asociación”, explicó. En sus ponencias en congresos es habitual que Freitas proyecte pequeños clips de video dedicados a productoras.
En este caso los protagonizaron Esther Tejeiro Lemos, la viticultora pionera en la Ribeira Sacra en trabajar el viñedo en ecológico, las mariscadoras, de Muros y Noia, “luchadoras natas, que no tienen todavía el derecho de jubilación anticipada que tienen los hombres en el mismo sector”, y de Ana Corredoira, ganadera y bióloga, que al volver a la granja de sus padres, decidió abrirla a visitas escolares. “Recibe a niñas y niños y les habla de su trabajo para que puedan verlo como una posibilidad de futuro”, contó.
La figura de su abuela asturiana, Manuela, cobró especial protagonismo en una jornada celebrada en Luarca, en el occidente asturiano. “La casa de mi abuela era el lugar donde pasábamos los veranos. Siempre olía a guiso”, recordaba. “Desgraciadamente, no pude absorber todos sus conocimientos, y en parte es eso lo que me lleva a trabajar para que ese patrimonio no se pierda”. En su memoria, cocinó un plato, las fabes con almejas y lengua, que remite a dos de sus guisos, las fabes con almejas y la lengua estofada. “Tengo el recuerdo de ayudarla a pelar la lengua, un trabajo que yo he simplificado luego”, dijo.
Sin embargo, la exquisita sensibilidad de esta cocinera se desplegó con todo su esplendor en el más sencillo de los platos que ofreció al público: el caldo de gloria, recuperado a partir de un poema de la voz más importante de la poesía en lengua gallega, Rosalía de Castro. “En uno de sus poemas habla Rosalía del ‘caldo de gloria’, un caldo de tiempos de extrema pobreza que se hacía con lo que buenamente se iba encontrando la mujer: unas berzas, un poco de millo, unas patatas. Es un plato que muestra cómo las mujeres, en un tiempo en que no había nada, hacían magia y sacaban de los ingredientes más pobres un alimento reconfortante”, explicó.
Ese caldo, en una versión sencilla de tres ingredientes, patatas, nabo y alga kombu, da hoy la bienvenida a los clientes que llegan a su restaurante. “Lo servimos en una conca gallega realizada por una de las artesanas del barro que trabajan con nosotros, y para mí se convierte en el caldo del caminante, porque lo ofrezco como llegada a la gente con la pretensión de hacerles sentir que han llegado a casa”, contó.
Freitas no quiso terminar su intervención sin hacer referencia a la revolución del queso que vive Galicia, “emprendida por gente harta de que no se reconociera el valor de su leche, y que decide darle ese valor elaborando queso”. Freitas forma parte de un equipo de I+D que trabaja para elaborar productos como cremas y salsas, que ayuden a avanzar a este sector con nuevos proyectos. En todos los sectores de la producción, recordó la importancia y el protagonismo de la mujer, y el final de su invisibilidad. En este sentido, para ella el trabajo de Amas da Terra es una fuente de satisfacciones, porque “muchas han crecido con malas maneras, sin pensar que hubiera más opción que la que les daban, y trabajando con ellas ves que con estos vídeos que hacemos y que se pueden ver en Youtube, empiezan a darse cuenta de lo que valen. Si además del trabajo duro, esas mujeres siguen opacadas, es difícil que haya relevo en el campo y en la mar”, concluyó.