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La inspiradora historia de Ghillie Basan en un lugar perdido de las Highlands escocesas
La prolífica escritora y periodista relata su experiencia familiar en un territorio inhóspito que ha puesto en el mapamundi gastronómico.
Con más de 50 libros de gastronomía en su haber, Ghillie Basan se ha ganado el apodo de ‘la original chica de las especias’, ya que además de colaborar en programas de radio y TV, dirige talleres y experiencias culinarias en las que enseña a maridar ingredientes silvestres y especias locales con el whisky. “Pero mi viaje no empezó aquí, sino en el este de África, donde mi madre trabajaba con las tribus, cocinando con las mujeres, y aprendí que ejercer la hospitalidad es muy fácil si te sale de forma natural”, comentaba.
Embajadora de turismo gastronómico de Escocia, Ghillie ha resumido en Féminas el atractivo turismo experiencial que ha conseguido explotar en las Highlands, donde la identidad y la gastronomía son herramientas claves para que una economía funcione y se supere el reto demográfico que viven las zonas. “Tras estudiar antropología y periodismo, decidí instalarme en este territorio porque su paisaje me recordaba a África”, explicaba mostrando fotografías de su pequeña casa rodeada de nieve, “donde he escrito mis libros, preparando yo misma cada plato y mi marido haciendo las fotografías cuando los niños dormían”.
Y así ha ido desgranado su trayectoria a través de bonitos recuerdos, como cuando se le ocurrió que debía explotar el universo del whisky, estrella indiscutible de su país. “Cogí mi viejo Land Rover y recorrí las destilerías para contar mi proyecto Spirit & Spice, que apuesta por la promoción de la tradición gastronómica de Escocia de la mano de nuestra famosa bebida”, rememora. Y para ello convirtió su viejo granero en un whisky bar en el que recibe a viajeros de todo el mundo para mostrar las maravillas de una tierra de la que se siente muy orgullosa. Pero más orgullosa se siente aún de la evolución de sus hijos. “Cuando nacieron nos llamaban locos y nos animaban a mudarnos, pero yo me sentía la mejor madre del mundo al criarlos rodeados de tanta naturaleza; ahora mis hijos gestionan con mucho éxito sus propios negocios locales”, decía emocionada.