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“La vida en el pueblo es el futuro”, dice el chef Elio Ferpel, que presenta en FéminAs su proyecto de documentación de recetas antiguas
“Sin guiso no hay creatividad, y el guiso peligra, igual que los mercados”. El cocinero dedica su ponencia a reivindicar los guisos sencillos de sus vecinos.
Elio Ferpel es uno de los cocineros del occidente asturiano que más éxitos profesionales ha alcanzado. Propietario de un grupo empresarial que incluye un restaurante gastronómico distinguido con una estrella Michelin (Ferpel Gastronómico, Ortiguera), una taberna de mercado y unas mantequerías, aprovechó su ponencia en FéminAs, ‘Herencia y demografía’ para reivindicar el legado de sus mayores, no ya cocinando versiones de sus platos, sino invitando a quienes han sido sus referentes a compartir el escenario con él.
Ferpel está convencido de que recuperar recetas, difundirlas e invitar a que la gente común las cocine, es una estrategia que contribuye a revitarlizar las comunidades. Hace años que empezó su proyecto de documentación de recetas. “No las hago yo, sino que pido a las personas que las hagan a su manera, porque cada persona transmite su alma a un plato, y tiene una razón para hacer las cosas de una manera y no de otra”, explica.
La acción de Ferpel es tan simple como efectiva: graba la elaboración de una receta, pregunta y pide el relato a las personas que la cocinan, y las difunde en redes sociales. “A veces los tengo que engañar”, ríe. Engañados subieron al escenario Susa, Eusebio y Arito. “Mi brújula en este proyecto es la memoria”, cuenta Ferpel. “Susa y Eusebio tenían su casa en el camino entre mi escuela y la casa de comidas de mi madre, donde yo me crié, donde hacía los deberes y donde con siete años atendía a clientes. Al pasar por allí siempre había una raya al sereno. Yo no entendía por qué, pero ahora sé que era la manera de curarla. Y nos creemos que la curación es una técnica moderna”, sonríe.
Elio Ferpel lucha para que los sabores de antes no se pierdan. “Sin guiso no hay creatividad, pero el guiso está en peligro, igual que lo están los artesanos de siempre y los mercados de abastos. Hoy la gente no va porque no tiene tiempo, por eso yo reivindico la memoria y el mundo rural. La vida en el pueblo es el futuro”, afirma, y concluye diciendo que con su cocina busca “llevar a su infancia a las personas que la prueban. Ese es también el objetivo de mi proyecto”.