La cocina cada vez se profesionaliza más y con ello va implícita una creciente importancia de la formación, una formación que necesita de profesores capaces de compartir su experiencia, divulgar conocimiento y ser acompañantes de los alumnos en sus primeros pasos en el sector. De su experiencia en las aulas han hablado en una mesa redonda moderada por la periodista gastronómica Begoña Tormo, tres mujeres que son mentoras de equipos de cocina: Yolanda León, chef en Cocinandos* y docente en el CIFP Ciudad de León; Inés Butrón, docente en el Culinary Institute Barcelona; y Beatriz Sotelo, cocinera y docente en el CIFP Paseo das Pontes (A Coruña).

A pesar de llevar diferente tiempo en el aula, todas ellas coincidían en que es necesario “dar un baño de realidad a los alumnos”. Yolanda León les cuenta la realidad desde el primer momento, tal es así “que algunos el primer año, ya lo dejan” pero es que, como añadía Beatriz Sotelo, “esto es una profesión, no un hobby”. Una profesión que es dura y necesita de compromiso pero también y sobre todo, como volvían a coincidir las tres, vocación. Aunque, como explicaba Beatriz, “a veces hay alumnos que tiene vocación y aún no los saben, se dan cuenta a media que se van adentrado en este mundo”. Es ahí donde entra la perspicacia del docente que “debe transmitir también el cariño que sentimos por la profesión”, contaba Yolanda, y si hace bien su trabajo “saca a relucir en el alumno lo que éste aún no sabe qué tiene”, añadía la gallega. A pesar de que Inés Butrón enseña teoría y no práctica, coincidía con sus compañeras en que “hay que confiar en tu intuición. Un buen mentor es el que ve al ganador en la línea de salida”. 

Para todas ellas es inspirador el hecho de poder enseñar a las futuras generaciones. “Tengo la sensación de que, de alguna manera, estoy sembrando el gusto por el aprendizaje”, confesaba Inés, quien instiga a sus alumnos a conocerse a ellos mismos “y a sus raíces para empoderarse”. Y a los que ofrece un consejo con el que veíamos asentir a Yolanda y Beatriz: “a todos les digo que hasta que no vayan a conocer a los productores y se ensucien de barro en el campo no sabrán qué es la cocina”. 

El problema de personal en el sector no es ningún secreto y también en las aulas han notado estas profesoras “menos alumnado y menos cultura del esfuerzo”. Para luchar contra ello, su receta es fácil: “la profesión necesita dignificarse y es necesario cuidar a los equipos. Debemos lograr entre todos que esta profesión tan bonita sea también una profesión agradable que se pueda combinar con la vida personal”, sentenciaba Yolanda León.

Fotografías de Damian Arienza.