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Entrevista

María Maceiras: “Marinero no es el que tiene el título sino el que ama y respeta al mar”

Mónica Ramírez

 

La marinera María Maceiras ejerce una labor divulgativa a través de las redes sociales dirigida a crear conciencia sobre lo importante que es valorar, conservar y preservar los productos del mar.

Sus vídeos defienden el respeto de las vedas y la no pesca de crías o especies con huevas. Ha sido nominada a la lista de los mejores 100 talentos y el año pasado obtuvo el Premio Nacional de Gastronomía al Talento Joven.

Con 22 años tiene muy claro que su vocación es el mar, aunque esto no le ha impedido satisfacer su afán por aprender otras cosas. Cursó un ciclo formativo de técnica de Atención a Personas en Situación de Dependencia, actualmente estudia para obtener el título de Técnica Auxiliar de enfermería y en un futuro, quiere sacarse el título de patrón de barco. Se convirtió en marinera gracias a su pareja, pescador y propietario de una embarcación.

No obstante, el oficio no le venía de nuevo ya que su familia también se dedica a ello. Sus primeros pinitos en el mar no fueron fáciles, pero después de una época de parón se dio cuenta de que ese era su oficio, para ella “el mejor del mundo”.

Empezó a grabar vídeos sobre su labor diaria en el mar casi como un hobby hasta que una noche su pareja decidió colgar uno de ellos en Tik Tok y amanecieron con más de 80.000 visualizaciones y montones de preguntas sobre su profesión. Considera que esta labor divulgativa es importante ya que busca concienciar a la población, ajena a estas artes, de la importancia de respetar los productos del mar. Pasada, presente y futura despensa de la alimentación humana.

Ha sido tan relevante su labor divulgativa que María Maceiras fue nominada a la lista de los 100 talentos jóvenes del Basque Culinary Center y reconocida con el Premio Nacional de Gastronomía al Talento Joven Alimentos de España en la pasada edición por unanimidad.

¿Qué te decidió a ser marinera cuando tus estudios te dirigían hacia otros derroteros?

A la hora de formarme estudié algo totalmente diferente, Atención a Personas en Situación de Dependencia, pero mis padres y mis tíos son marineros de profesión de toda la vida; y mi pareja empezó a ir al mar con mi familia. Al cabo de dos años decidió comprarse un barco y me propuso que me formara para que trabajara con él. Pensé en probarlo, porque yo nunca le cierro puertas nada. De hecho, a día de hoy estudio auxiliar de enfermería. Soy joven, tengo 22 años y me queda mucho por seguir aprendiendo, nunca sabes…

Fui a la primera campaña hasta que llegó un momento que hubo un parón y me di cuenta de que era una profesión en la que si estábamos los dos podía ser que nos encontráramos que no nos daba para comer a los dos, así que me puse a trabajar en otra cosa. Sin embargo, después de un tiempo, volví al barco y allí me di cuenta de que era lo que quería hacer… El reencuentro con los compañeros, esa sensación de estar en el mar… ese aire que se respira… me embargo la emoción y me puse a llorar… Me di cuenta de que era una profesión que me gustaba y era lo que quería.

Después de mi vuelta empecé a grabar vídeos, con mi pareja, de mi día a día en el mar. Sobre todo, de aspectos que yo no conocía porque, aunque hay cosas que ya sabía por mi familia, había otras que me las encontraba por primera vez, como distinguir ciertos pescados. Eran vídeos en cierto modo con un poco de humor y para compartirlos entre mis compañeros. Mi pareja pensó que sería buena idea subirlos a Tik Tok y una noche publicó uno de ellos. Al día siguiente amanecimos con que el vídeo tenía

unas 80.000 reproducciones y muchísimos comentarios. Me sorprendieron algunos de ellos ya que había cosas que para nosotros eran tan habituales, por nuestro entorno, que pensaba que todo el mundo sabría. Ahí me di cuenta de que eran aspectos que yo conocía porque me había criado al lado del mar, pero que tampoco tenía por qué saberlo todo el mundo. Por ejemplo, me preguntaban por qué devolvía al mar algún que otro pulpo y es porque no cumplen la talla mínima para comercializarlo.

Desde Francia, hubo una mujer que me preguntó por qué devolvía un bogavante con huevas al mar. Aquí es ilegal pescar un bogavante con huevas, pero en Francia no. Diferentes sitios, diferentes normas. Y eso es también una manera de aprender la cultura que tenemos aquí.  Y lo más importante, de cara a la compra. Si te están vendiendo un bogavante con huevas diciéndote que es de Galicia o te están engañando y te están vendiendo otro de otro sitio o que sepas que estás comprando un producto ilegal.

El bogavante, la centolla y la nécora no se puede ni pescar ni vender con huevas. Si no, estás impidiendo que se reproduzcan. Te están llevando una, pero al final no es una sola, sino la pieza con todas sus crías que no crecerán. Son millones de futuros bogavantes, centollas o nécoras.

¿Qué mostrabas en ese vídeo que se viralizó?

Fue uno en el que hacía muy mal tiempo, se nos rompió el motor y no cogimos absolutamente nada. Lo único que pescamos fue un choco y dos marajotas, que no valen mucho. En la última, nos vino un bogavante con huevas, de unos 3 kg (en el mercado a un precio de 80 euros en esa época). Devolví el animal al mar y expliqué por qué, a pesar de ser un mal día, preferí no ganar esos 80 euros y devolver el bogavante a su hábitat. Era pensar en el futuro.

Al día siguiente, estaba recogiendo la red y me vinieron siete bogavantes sin huevas (algo nada habitual). Así que colgué un vídeo en el que explicaba que hay veces que pierdes, pero que cuando te portas bien con el mar, éste te recompensa. El vídeo tuvo mucha repercusión. Siete bogavantes sin huevas fue la única vez en mi vida que yo lo vi. Puedes coger uno o dos…

¿Cómo es el día a día de esta profesión?

Depende del arte de pesca al que vayas, va por temporadas. Si estás en la temporada del marisqueo -berberecho y almeja- tenemos un horario que está muy bien. Llegamos sobre las 8:00 al barco, preparamos que todo está bien y a las 9:00 salimos al mar. Depende del horario que den -lo dictamina la Cofradía- volvemos a las 12:00 o a las 11:30 y vendemos en lonja. Si vas a redes, no hay un horario tan bueno porque vas por la mañana a las 6:00 si la jornada es diurna, porque también hay nocturna. Por ejemplo, si voy a las 6:00 para el mar, recogemos red y pesca y hay volver a la tarde para largar (echar las redes para recogerlas al día siguiente). Este es un arte que te ocupa todo el día, porque tú vas por la mañana y vuelves a tierra a las 14:00, por ejemplo, y a las 18:00-19:00 tienes que estar otra vez en el mar largando las redes.
Los viernes tarde y los sábados son libre. Los domingos vamos a partir de las 12:00 para largar las redes. El marisqueo es desde finales de septiembre o principios de octubre hasta enero. En enero vamos a las redes y después vuelve a abrir febrero y marzo. De marzo a julio, redes. Y de julio y agosto y unos días de septiembre vamos a las nansas (pesca de nécora, camarón, bogavante…). Las nansas tienen un horario parecido a las redes.

Estas temporadas están pautadas para que el marisco tenga un descanso. En Noia, por ejemplo, se cogen muchas toneladas de berberechos. Y si tú no dejas que descanse esos seis meses, no vamos a tener luego. Y es un marisco sensible que hay que dejar que descanse. Y lo mismo con el bogavante que también tiene épocas de veda.
A diferencia de las mariscadoras, los que vamos en barco tenemos un cupo un poco más grande de pesca porque tenemos que pagar la embarcación. Esto depende de si hay pesca o es año bueno, porque en la almeja es cierto que se establecen los mismos cupos.

Entre tus planes está comprarte tu propio barco.

A mi pareja le gustaría comprar una embarcación un poco más grande, pero yo estoy muy contenta con esta, así que, si lo hiciera, yo siempre le digo que le compraría ésta. Todo el mundo vamos marcándonos pequeñas metas y sueños. Yo voy empezando poquito a poco. Yo me saqué el curso y luego me gustaría sacarme el título de patrón de barco para acceder a más zonas. Me gustaría trabajar para mí porque no me gustaría estar toda la vida dependiendo de otro.

¿Fue dura la adaptación al mar?

La verdad es que sí que es un trabajo duro, pero a mí me da más cosas buenas que me las quita. En principio, mis amigas se sorprendieron de que me quisiera dedicar al mar, pero cuando vieron que me acostumbraba bien…. Todo se acaba aprendiendo y eso no es una cuestión de género… da igual que seas hombre o mujer para adaptarte a un trabajo… Al final yo veo que hago lo mismo que mi pareja. Y hasta ahora, no he visto que, por temas de fuerza, haya tenido problemas. De hecho, hay muchas veces que nos queda una tensa (una red que se engancha y no sale del mar) y veo que muchos tiran con fuerza, pero un marinero viejo con muchos años de experiencia me enseñó el truco y, muchas veces, acabó sacándola yo. Es cuestión de maña y paciencia.

¿No has tenido la sensación que por ser mujer en una profesión masculina te hayan tratado diferente…?

Antiguamente, las mujeres eran las mariscadoras y los hombres los que se iban al mar. Y es cierto que hay pocas mujeres marineras, de hecho, yo soy la única en la Cofradía de Muros, pero desde que empecé me han tratado como a cualquier otro compañero y no he recibido ningún comentario fuera de lugar. Lo que sí me ha pasado es estar en la lonja vendiendo y venir un barco de fuera y al comentar con los compañeros el día y hacer yo algún comentario, preguntarme si yo soy marinera. Pero me lo dicen más con sorpresa que otra cosa.

¿Y por qué crees que sigue habiendo tan pocas mujeres actualmente?

Esto es algo que también a mí me gustaría entender. Lo que sí es verdad es que existe el prejuicio de que quien es marinero o marinera es porque no ha estudiado. Está poco valorado.  Y en realidad, no es que hayas o no estudiado, porque marinero puede ser cualquiera, sino que te guste o no, que le des el valor que merece. Por ejemplo, hay marineros que se dedican a coger de todo y lo único que ven es dinero. Yo entiendo que todo el mundo quiere ganar dinero, pero si tú piensas en un futuro, tienes que pensar en ganar hoy, pero también mañana. Por eso digo que marinero puede ser cualquiera. Sí, puedes hacer los cursos e ir al mar, pero otra cosa es que tú lo respetes y lo quieras.

Para mí un marinero no es la persona que tiene el título, sino la que ama el mar y piensa en el futuro, que respeta, que no recoge lo que no tiene que recoger, que devuelve lo que no toca y que piensa que, en un mañana, pueda seguir habiendo mar, pescado y marisco.

¿Hay relevo generacional?


Es verdad que cada vez hay menos gente que quiere dedicarse al mar -nosotros somos los más jóvenes de la Cofradía de Muro-. Pero tenemos unos amigos que se compraron un barco y también se dedican al mar, y al final veo que somos más los jóvenes los que buscan que esta profesión tenga futuro, no tanto los mayores que llevan más años. Nosotros acabamos de empezar. Los que entramos, lo hacemos con mucho respeto y cuidado hacia el mar.

¿Y cómo podríamos incentivarlos?

Lo que haría falta es que se les diera la oportunidad y si les gusta, que no hicieran caso de los prejuicios que existen sobre lo que es el mar, que si es muy duro, que si esto o lo otro. Mira, el mar es muy duro, una cosa no quita la otra, pero a mí me da más de lo que me quita y me vale mucho la pena. Yo voy a trabajar feliz. Y tú puedes seguir estudiando, puedes seguir formándote, aprendiendo… No tienes por qué sacarte los cursos que te hacen falta y quedarte ahí. Por ejemplo, yo hice hace unos días uno sobre las mareas y todo eso te sirve para el día de mañana.

¿Y cómo andamos de sueldos? ¿Está bien pagado?

Hay meses que son buenos, como Navidad, y otros que no tanto. Cuando hay luna, el camarón no entra en la nansa; si hay temporal no sales al mar… hay meses que solo te da para la seguridad social… pero luego hay otros que, si te organizas, si te sabes gestionar bien, está bien. Cuando yo empecé, fue en enero y ese mes cobré 90 euros. También porque hubo muchos gastos. Pero si hay buena temporada de mariscar, puedes ganar unos 2.000 y en Navidad, puedes llevarte 4.000. Lo que no puedes pensar es que cada mes vas a cobrar mucho dinero, porque no es así, pero para vivir da.

Participarás en Féminas, ¿de qué hablarás?

Explicaré lo que viene siendo mi trabajo y que no tiene que haber prejuicios por dedicarse a ello. También me gustaría que las futuras mujeres que quieran ejercer esta profesión, se atrevan y que sus madres las apoyen, que no les insistan a que estudien otra cosa. Suelen decir ‘estudia que el mar es muy duro’ porque consideran que te quita años de vida, pero a mí el mar y este oficio me los da. Otro aspecto del que me gustaría hablar durante mi ponencia es de la pesca sostenible y el respeto.

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